Un veïnatge deslocalitzat
All the content in this website is licensed under a CC BY-NC-SA 4.0 Creative Commons License. Feel free to use what you want without any commercial use. Gabriel Llinàs, 2021.
Cinta sobre muro, acrílico e impresión digital
Medidas variables
2022
Un veïnatge deslocalitzat reflexiona sobre un fenómeno estructural de la realidad territorial de las Islas Baleares: las implicaciones de la distancia en aquellos/as que dejaron su pueblo para mudarse a ciudades como Barcelona, Zaragoza, Madrid o Houston, partiendo de Binissalem como caso de estudio. El proyecto nace de un fortuito hallazgo en La Pedrera, la obra arquitectónica de Gaudí caracterizada por su fachada de piedra autoportante. Trabajando en este icono del turismo global, el artista conoció a Pablo, vecino de Binissalem, un pueblo del Raiguer mallorquín caracterizado por una serie de casas barrocas de piedra, patrimonializadas como bien cultural, la mayoria de las cuáles no alojan ya habitantes, sinó que se han museizado o transformado en bodegas de vino. Para explorar esta problemática, el proyecto se articula alrededor de cuatro entrevistas a jóvenes que ya no residen en el pueblo (ni en la isla). A partir de estas conversaciones, mayoritariamente realizadas a distancia, se tratan temas como la emancipación (laboral y residencial), la identidad o el desarraigo, en un momento en que las Baleares ya son la comunidad líder en cuanto al precio de la vivienda a nivel estatal.
Partiendo de este contexto y de una perspectiva autobiográfica, el proyecto propone una reflexión sobre la “vecindad deslocalizada”, ofreciendo un altavoz a aquellos que han continuado vinculados a Binissalem desde la distancia.